A su plato básico del mediodía el dominicano le llama “la bandera dominicana”. Esto se refiere a: arroz, carnes y habichuelas. Es una metáfora simple, pero certera: el conjunto de alimentos a que se refiere de algún modo nos sostiene para seguir viviendo, es algo que no falta, algo que de lejos o de cerca todos conocemos y poseemos, como la bandera, que da señales de la existencia de la nación.
Pero según las posibilidades económicas, el dominicano agrega algo a este plato básico. Generalmente es una ensalada de vegetales. Esta ensalada es como el agregado de la dignidad y el orgullo, porque da al almuerzo un carácter especial de solución de una necesidad y de un lujo. Así, el arroz, las carnes y las habichuelas cubren la necesidad; la ensalada, el lujo.
Sin embargo, la ensalada tiene realmente un cometido superior, al proporcionar los vegetales que la componen una serie de elementos nutritivos imprescindibles para un bien funcionamiento del organismo, como son los minerales y las vitaminas. Ningún alimento posee tantos minerales y vitaminas como los vegetales y las frutas, sobre todo si se encuentran crudos.
Una ensalada de vegetales es el complemento perfecto de la “bandera dominicana”, porque contribuye de modo definitivo a determinar lo que se llama una “alimentación balanceada”.
Lamentablemente, como nuestra escuela es deficiente en ciertos aspectos, la educación no instruye lo suficiente sobre estos aspectos y consumimos mal los vegetales de nuestra ensalada del mediodía. Es cierto que los vegetales son comprados en abundancia y hasta son preparados y servidos con el almuerzo, pero cometemos varios errores significativos frente a esa parte tan útil de nuestra comida diaria principal.
El primer error que cometemos en relación con la ensalada de nuestro almuerzo es el de posponerla. Generalmente no consumimos la ensalada al comenzar a comer, que sería lo correcto, ya que la ensalada de vegetales tiene, además de nutrir, el papel de estimulante digestivo al ayudar a la liberación del jugo gástrico. Este jugo es la garantía de una adecuada digestión y la consecuente asimilación de la misma ensalada y los demás alimentos a que acompaña.
Comer una buena cantidad de ensalada antes de iniciar la ingestión del resto de los alimentos nos ayuda inclusive a prevenir la obesidad, pues los vegetales no la producen, y si ocupamos buena parte del espacio del estómago con dichos vegetales, tendríamos la posibilidad de necesitar menos arroz y menos carnes, que son los principales provocadores de la acumulación de grasas en el cuerpo del dominicano, sin mencionar los postres a base de dulces preparados con azúcares.
Otro error al servirnos la ensalada de vegetales es el de no consumirla, o consumirla a medias. Esto es lo que da a la ensalada el aspecto de un simple lujo, y al hecho de introducirla como parte de nuestro almuerzo, el de un simple acto de orgullo, como si quisiéramos mostrar un poder económico que quizá no poseamos del todo. Así, los vegetales se convierten en una especie de flores que llevamos a la mesa para decorarla, para satisfacer un vano capricho.
Los vegetales tienen, además del de nutrir, un efecto purificador del organismo gracias a los líquidos que contienen, y una acción alcalinizadora muy favorable a la salud general. Aceptamos que usted los sirva orgullosamente, pero no deje de llevarlos a su boca antes que todo y consiga así no sólo una mejor digestión, sino también una alimentación más completa por el buen balance que proporcionan al plato que reposa en su mesa.
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